Amenizamos y hacemos único el momento más importante de tu vida..
Bodas religiosas.
Nuestra especialidad es la celebración de bodas con la música clásica más adecuada para cada momento. La celebración de boda católica comprende una serie de momentos que deben respetarse con especial cuidado, sin embargo cada sacerdote ofrece a los novios distintas posibilidades de acompañar la misa con música, unos más estrictos, otros menos, pero todos siguen un principio fundamental y es que en la Boda Católica los novios piden a Dios la bendición para su matrimonio y ofrecen sus vidas como ejemplo para la comunidad cristiana. Por tanto la música debe acompañar esta motivación espiritual, es decir; la música también debe rogar a Dios por los contrayentes, es por eso que nuestras recomendaciones sobre el repertorio a lo largo de la boda son más de carácter clásico tradicional y religioso.
Sin embargo hay dos momentos en los que los novios tienen mucha más libertad, el rito del matrimonio y al concluir la ceremonia, es decir el momento de las firmas; cuando el sacerdote dice “Lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre” es para nosotros el momento en donde mejor encaja la pieza musical (escogida por los novios) para inmortalizar la culminación de sus voluntades. Luego en las firmas, puesto que la misa ha terminado, los novios pueden compartir con los invitados algunas de sus piezas favoritas de toda vida, aquellas piezas simbólicas para su propia historia de amor.
Misas de renovación de votos matrimoniales.
Misa de renovación de votos matrimoniales: Las Bodas de Plata, Bodas de Oro, Bodas de Diamante y Platino son momentos en donde la música se vuelve imprescindible ya que son de gran celebración y agradecimiento y a la vez se renueva el espíritu para continuar un camino. Estamos seguros que nuestra música aporta e estos momentos la solemnidad y el regocijo que se merecen.
Misas de Funeral.
Uno de los eventos que nos marca en nuestra vida es la despedida de un ser querido. La música en la misa de funeral consigue conectarnos con el alma para trascender al dolor. Tanto un cuarteto de cuerdas como cualquier otro ensamble clásico más la voz de una soprano o un tenor evocan ese estado de paz espiritual.